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martes, 20 de diciembre de 2022

La sombra de mamá y papá

Todos los padres, o la mayoría, quieren lo "mejor" para sus hijos.  Se esfuerzan para que el hijo tenga lo que ellos no tuvieron y para que haga lo que ellos no pudieron hacer en su niñez o en su juventud.



Es algo normal, es una manera natural de demostrar su  amor hacia lo más valioso que la vida les ha regalado. Pero es necesario tener la madurez, para que este deseo de que los hijos tengan una mejor vida,  no se vuelva una "obsesión", que  en lugar de motivarlos y darles seguridad, los lastime y los frene en sus más profundos deseos.

Si mamá o papá no pueden comprender que sus hijos son personas que merecen respeto, independencia y que tienen derecho a hacer sus propias elecciones y aprender de sus propias experiencias, los hijos se sienten lastimados y atropellados en su dignidad, y en muchos de los casos, se alejan de sus padres.

Por otro lado, las decisiones personales que toman los padres también impactan a los hijos.  Si es positiva, el hijo se siente orgulloso y parte de esa buena decisión.  

Pero los hijos también creen que los errores de sus padres los "marcan" de por vida, los estigmatizan. Y van por la vida cargando con ello, como un lastre.  Se llenan de sentimientos de vergüenza y culpa ajenos solo porque inconscientemente decidieron creerlo así.




Es necesario reparar estos daños, pero hacerlo puede ser causa de muchos conflictos, si se hace con rebeldía de parte de los hijos o si los padres son muy autoritarios. 

Es bueno que los padres tengan la madurez para comprender que el hijo no los rechaza, no los deja de amar o respetar y mucho menos los abandona cuando decide tomar sus propias decisiones y pide respeto.  Es solo una cuestión de amor propio, de autorespeto y de valentía que él necesita para vivir su propia vida y no "a la sombra" de sus padres.


El despertar de la conciencia


El adolescente naturalmente empieza a cuestionarse sobre las ideas que le fueron transmitidas desde su niñez y de las cuales no se siente convencido.  Cuando se convierte en adulto, es importante que haga una introspección y revise el "sistema de creencias" que guían su vida. Es decir, cuales son sus ideas y opiniones acerca de la vida en pareja, el dinero, la salud, la inteligencia, el destino, etc., que aprendió de sus padres y del entorno.




Has escuchado la frase "Vemos la vida como somos"? se refiere a que la interpretación que damos a cada cosa que vemos o escuchamos, la hacemos a partir de nuestras creencias.  Lo comparamos con los "archivos" que tenemos en la mente y en base a esto, juzgamos lo que sucede a nuestro alrededor.

Determinamos que es "correcto o incorrecto",  de acuerdo a nuestro sistema de creencias.  Pero es común que no seamos conscientes de que algunas de estas ideas prefijadas, nos limitan o nos impiden aprovechar todo nuestro potencial.





Mis herramientas

Algo que me sirve de guía para hacer conciencia de mis creencias es observar como está mi vida en cada aspecto, sea económico, sentimental, social, de salud, etc. Si no me gusta lo que veo, será muy bueno analizar como he contribuído para tener ese resultado, cuales son mis ideas y mis acciones en relación a ello.

Las personas más cercanas a mí, también son un reflejo de lo que soy, me rodeo de personas con intereses y valores similares a los míos, con las que me es fácil interactuar.  Pero, si pongo atención, me daré cuenta de que es muy valioso detectar lo que no me gusta en los demás, porque probablemente, es algo en lo que tengo que trabajar en mí mismo.




Existe también algunas herramientas que me pueden servir de ayuda para identificar una creencia, analizarla y modificarla o crear una nueva. Estas son:

  • Libros de superación y biografías de personas exitosas,
  • Un profesional de la salud psico-emocional,
  • Grupos de autoayuda,
  • Algunos grupos religiosos, etc.

Con ellas puedo obtener puntos de vista diferentes al mío, una perspectiva distinta de lo que para mí puede ser complicado.  Descubrirlo es un proceso, toma su tiempo, pero es muy gratificante.  La recompensa es el autoconocimiento. 

La rapidez o lentitud con que se modifiquen o construyan nuevas creencias, dependerá de la voluntad de cada persona para vencer obstáculos como la pereza o el miedo e iniciar con la búsqueda de ayuda y del enfoque que ponga en ello.

Hay personas que han vivido situaciones muy dificiles, tanto que se han visto obligadas a cuestionarse y encontrar respuestas a sus dudas en ese preciso momento, así que el cambio puede darse con mayor rapidez y determinación. 

Lo cierto es, que una vez que se toma la decisión de empezar, el universo se encarga de abrir nuevas puertas para quien tiene un deseo ardiente o un propósito en la vida.



Tú puedes hacerlo... enfócate!








domingo, 27 de noviembre de 2022

La complejidad del ser humano.

Hoy, amanecí pensando en cuán complicadas pueden ser las relaciones humanas, cuando no recibimos lo que necesitamos, de nuestros padres, en los primeros años de nuestra vida.  Además, en qué medida y de qué manera puede, esto, afectarnos. 

La forma en que nuestros progenitores se relacionaron con nosotros será, sin duda, la manera en que nos relacionaremos con los demás en la vida adulta.

   
       


  


No quiero decir que nuestros padres son culpables de nuestros problemas, en realidad ellos hicieron lo mejor que pudieron con los recursos que contaban. Pero tenemos una gran tarea para hacer las reparaciones de nuestros daños o aprender lo que no aprendimos, en su tiempo.

Más adelante, el entorno en el que nos desarrollemos, juega también un papel importante.  Cada persona con la que convivimos: los familiares cercanos, la madrina o padrino, los maestros, los amigos van dejando huella en la personalidad de cada individuo.

      




     

         



Evidentemente todos tenemos un daño, un problema o un trauma que nos hace más complicada la existencia, pero la profundidad de los daños son diferentes en cada persona y la manera en que decidimos vivir, también es distinta.

He visto personas que se refugian en su religión y se esmeran por ser mejores personas. Pero tratan de ignorar sus daños, no los enfrentan.  Logran tener una vida tranquila gracias a su fe y su esfuerzo por hacer el bien. Se enfocan en lo bueno que la vida ofrece y actúan con humildad.




Otras, en cambio, se entregan a su trabajo, se refugian en él. Buscan crecer económicamente para compensar lo infelices que se sienten interiormente.  Basan su felicidad y autoestima en sus logros económicos, pero son incapaces de tener relaciones sanas, porque hacen a un lado esta parte.





También he visto como algunos, no muchos, buscan indagar dentro de sí mismos, buscan ayuda.  Acuden con un psicólogo, leen libros que les ayude a despertar y aprender nuevas formas de pensar y actuar: siembran un nuevo jardín en su mente. Estas personas dedican mucho tiempo a conocerse a sí mismas, a descubrir porque reaccionan de cierta forma, porque les duelen ciertas actitudes o palabras de las personas con las que conviven.  Deciden que trabajar con sus emociones es una tarea que les tomará toda su vida, porque hay mucho que reparar; y pueden ver que no lograrán hacer el cambio que necesitan, en el corto plazo.




Por otro lado, hay quienes desean un gran cambio y quieren ser felices; pero es tan grande el daño que, inconscientemente, crearon una defensa; olvidando gran parte de su niñez o ese tiempo en el que sufrieron mucho y, aunque están en su lucha, no parecen encontrar el camino de la felicidad.  Continúan viviendo una vida miserable y sintiendo una gran frustración o creen que están destinados a vivir así toda su vida.



Por último, quiero mencionar a aquellas personas que deciden ir por la vida lastimando a los demás, que prefieren vivir en la inconsciencia.  Estas personas no pueden tener relaciones sanas y duraderas.  Buscan como compañeros a personas con baja autoestima, necesitan tener a su lado a alguien así para sentirse importantes.  Es tan grande su sentimiento de inferioridad que le destruyen la vida a quienes están a su lado.  Son egoístas, narcisistas y manipuladoras.  No conocen la lealtad y la honestidad. Le destruyen la autoestima a quien se acerca a ellas. 



Estas personas, difícilmente logran hacer un cambio en su comportamiento.  Necesitan vivir un fondo, ya sea una pérdida, una enfermedad grave o un accidente de un ser querido importante o en su persona, para decidirse a hacer un gran cambio en su vida.



Estas personas pueden convertirse en delincuentes o asesinos, porque no tienen remordimientos.  Son incapaces de tomar responsabilidad de sus actos, siempre el culpable es alguien más.  Viven en la inconsciencia.  Precisamente porque el primer paso para la transformación interior es RECONOCER que hay algo INSANO en nosotros, es que estas personas no logran mejorar.





Están por todas partes, podemos tener a alguien así en la familia o como pareja, haciendo daño toda la vida.  En este caso, es sano alejarse. Tomar distancia de ellas es lo mejor y la solución para ser felices.

La decisión es personal, implica enfrentar miedos, abandonar el deseo de salvar y transformar el sentimiento de culpa en AMOR PROPIO.


Y tu, tienes o has tenido cerca de ti, a alguien así? 


Comenta tu experiencia, quizás ayude a alguien que está en esta situación, a tomar una decisión.












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