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sábado, 28 de octubre de 2023

La fuerza de un apellido

Dos necesidades tiene el ser humano, que continuamente busca satisfacer.  Son opuestas entre sí, pero igual de importantes,  Me refiero a la necesidad de pertenencia y la necesidad de diferenciarse o distinguirse de los demás.  En este sentido, el apellido juega un papel muy importante, ya que cumple con ambas funciones, es decir, nos da identidad.  Pero, es un apellido en realidad determinante en nuestra vida o es solo una etiqueta que nos ha limitado? 


Constantemente buscamos formas de sentir que pertenecemos a algún grupo o a alguna causa, pero al mismo tiempo, de distinguirnos de los demás.  Lo hacemos por medio del lenguaje, la cultura, la profesión, un interés, un hobbie, un estilo de vida, etc.  Se busca satisfacer la necesidad de pertenencia, por ejemplo: al unirse a una religión, un grupo que usa determinado slang o dialecto, un gremio, un partido político, un club deportivo, etc., lo que simultáneamente nos separa de los demás grupos y se genera el sentimiento de nosotros-ellos.


Apellidos

Otra forma en que se satisfacen dichas necesidades, es por medio del uso del apellido.  Tener un apellido nos une a una familia y al mismo tiempo nos distingue de otras personas y de otras familias.



Ciertamente, cada persona tiene su propia relación con su apellido.  La manera de relacionarse con el propio apellido depende del tipo de relación que se tenga o haya tenido con padres, abuelos y en general con sus consanguíneos; o familiares adoptivos, en su caso.  Sentimientos  de honor, respeto y orgullo, pero también de vergüenza; de agradecimiento o resentimiento; de superioridad o inferioridad; etc., pueden incluso, transmitirse a futuras generaciones.  Quizás se lleve a cuestas el dolor por no haber recibido un apellido del padre o por desconocer el apellido, por motivos de abandono.  

Cómo influye un apellido y cuán importante es, se define en cada persona en base a su formación, creencias y experiencias.  Hemos crecido pensando que el apellido es una marca que no podemos borrar o a la que no podemos renunciar, sobre todo en aquellos países donde llega a ser muy complicado, engorroso y tardado hacer un cambio de apellido; como en algunos países hispanos.  En México, por ejemplo, solo está permitido cambiar de apellido en ciertas circunstancias como la adopción, errores ortográficos y cambio de nacionalidad o sexo. (Cortés, 2023)

Por el contrario, en otros países como Suecia, el apellido se elige; es decir, un recién nacido puede tener el apellido del padre, de la madre o cualquier otro que los progenitores elijan.  Además, se puede hacer fácilmente un cambio de apellido al cumplir los 18 años, pudiendo elegir un apellido que lleven al menos 2,000 personas; esto significa que hay más de 500 apellidos que pueden ser elegidos.  Por lo que no sería extraño encontrar una familia de 5 hermanos, todos con apellidos diferentes.  Esto se logró a partir de que entró en vigor una ley de nombres el 1 de julio del 2017. (Åström, 2022).


Origen de los apellidos


Haciendo un poco de historia, los apellidos empezaron a usarse en la Edad Media por las clases altas para distinguirse de otras familias.  Los primeros apellidos se originaron en nombres propios, oficios, características físicas familiares y nombres de lugares de origen, y se han ido heredando de generación en generación.


Apellidos originados de nombres propios

Así, se crearon apellidos derivados de nombres propios, a los que se les agregó un sufijo que significa hijo de.  El sufijo cambia de acuerdo al país de procedencia, debido al idioma. 


Es así, que podemos ver como en España y países hispanos se agregó el sufijo -ez.   Generando apellidos como:

Gonzalez - hijo de Gonzalo

Fernandez - hijo de Fernando 

López - hijo de Lope

Rodríguez - hijo de Rodrigo

Sanchez - hijo de Sancho 

Martínez - hijo de Martín   

Y en algunos casos, el apellido no se transformó, simplemente quedó como el nombre que lo originó, como es el caso de Alonso, Jaime, Bernal, García, Vicente, Martín, etc.


En países de habla germánica como Suecia, se agregó el prefijo -son que también significa hijo de, formando los apellidos:

Eriksson - hijo de Erik 

Andersson - hijo de Anders

Svensson - hijo de Sven

Johansson - hijo de Johan

Karlsson - hijo de Karl

En otros países como Rusia, se usa el genitivo ovich/evich para los hijos y ova/eva para las hijas.  En algunos más, usan un prefijo; así los judíos usan Bin, los árabes Ben y los escoceses e irlandeses Mac/Mc.

Petrovna - hija de Pedro

Ivánovich - hijo de Iván

McDonald - hijo de Donald


Apellidos con origen en los oficios

Debido a que los oficios se heredaban en las familias, también fueron origen para los apellidos. Así podemos ver apellidos como:

Herrera - herrero 
Pastor - pastor 
Moliner - molinero 
Fischer - pescador 
Schneider - sastre 
Schumaker - zapatero 
Taylor - sastre, tejedor

 

Oficio: sastrería

Apellidos originados en características físicas


Otro origen de los apellidos fue en base a alguna característica física de la mayor parte de los miembros de una familia, como el color del pelo, por ejemplo.  Así se originaron:

Rubio 
Cortés

Bravo

Delgado

Cabezón 

Moreno 
Bermejo - pelirrojo 
Klein - baja estatura

Expósito - expuesto (niño abandonado) 


Apellidos con origen en nombres de lugares

Otros apellidos se asociaron al lugar de origen de la familia, como nombres de aldeas, pueblos, ciudades, provincias, regiones, países.

Castro - castillo, campamento fortificado

Acosta - de la cuesta (zona montañosa) 

Avila

Valencia

Sevilla

Toledo

España

Portugal



Apellidos más comunes del mundo

En la siguiente imagen podemos ver el apellido más común de cada país en el mundo. Por mencionar algunos, en México es Hernández; en Estados Unidos, Inglaterra y Australia es Smith; en Suecia es Andersson; en Egipto es Mohamed; en Rusia es Ivanov; en Argentina, Chile y Venezuela es González; etc.

Nombres más comunes en el mundo


Identidad o etiqueta 


Concluyendo, los apellidos tienen un significado que nosotros les asignamos. Hoy en día, los relacionamos más con actitudes, aptitudes o logros de una familia, independientemente de que el apellido sea Rubio, Portugal, Taylor o Eriksson. 

Pero, que un apellido nos define como individuos, no es necesariamente cierto.  Si bien, forma parte de nuestra identidad; son nuestra personalidad, valores y acciones, los factores que determinan nuestra identidad. 

Que un apellido sea importante, al grado de influir en el rumbo de nuestra vida, es algo que cada uno de nosotros podemos decidir.  En otras palabras, que el apellido nos "marca" es solo una creencia que se puede reemplazar por otra, si ésta nos genera un sentimiento negativo.  Como lo podemos ver claramente en Suecia.

En cambio, que nuestro apellido nos genere un sentimiento positivo, de unión o de orgullo, es muy válido.  Nuestras necesidades de pertenencia y de distinguirnos se cubren al mismo tiempo que nos sentimos bien con nosotros mismos.

Si Castruita significa para mi aceptación, lealtad, solidaridad y empatía; con orgullo puedo decir:  


Hola, mucho gusto. Mi nombre es Alicia Castruita...

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