¿Sientes que algo no está bien en tu relación de pareja pero no logras ver con claridad cuál es el problema? ¿Vives como en una montaña rusa de emociones y en una lucha incesante por estar bien? ¿Permaneces, quizás, en una relación por miedo: al ¿que dirán?, a pasar por un proceso doloroso, a enfrentar la vida sola, o porque vives bajo amenazas? Si te identificas, o te encuentras en alguna de estas situaciones, puedes estar sufriendo violencia y no tener plena conciencia de ello.
La violencia en las relaciones cercanas es más común de lo que imaginas, se da hasta en las mejores familias; en ranchos, pueblos y ciudades; y tanto en países desarrollados como en los países en desarrollo de todos los continentes. Además, ocurre en todo tipo de relaciones: entre parejas heterosexuales y homosexuales, entre padres e hijos, en el terreno laboral, con los cuidadores de niños, etc.
La violencia en el mundo
Aunque la violencia es un delito muy penado en muchos países, aún existe demasiada ignorancia, tanto por parte de la víctima como por parte del agresor, sobre las leyes de protección y las condenas, lo que se convierte en una limitante para que la persona afectada se atreva a hacer una denuncia penal. Sin mencionar la desconfianza hacia las autoridades.
Voluntariado
La violencia física se da cuando el agresor muerde, rasga, tira del cabello, quema, sacude o empuja a la víctima. Incluye también las bofetadas, golpes con puños y la violencia con objetos.
La violencia psicológica incluye amenazas, coacción, acoso, insultos y burlas. También cuando la víctima es sometida a control y aislamiento social. Además, la amenaza de violencia contra familiares y mascotas se incluyen en este tipo de violencia.
La violencia sexual incluye diferentes formas de actos de coerción, como relaciones sexuales sin consentimiento, mutilación genital, acoso sexual, uso de lenguaje sexual ofensivo u obligar a la víctima a ver pornografía.
La destrucción o robo de pertenencias personales, enseres domésticos u objetos de valor de la víctima se considera violencia material y económica. A la víctima se le puede negar el acceso a asuntos financieros o ser obligada a firmar documentos financieros con consecuencias negativas para sí misma. Si la víctima no tiene acceso a su propio dinero significa que es dependiente del agresor.
La violencia relacionada con la discapacidad incluye acciones que apuntan directamente a la discapacidad de la víctima y que empeoran su situación, ya vulnerable. Un ejemplo de estas acciones sería esconder una silla de ruedas o un aparato auditivo.
La negligencia se presenta cuando la víctima no obtiene la ayuda que necesita con comida, higiene o medicamentos. Si se le niega ayuda para levantarse de la cama o no recibe el medicamento que necesita, sea que se le de poco, demasiado o el medicamento equivocado.