Como cada fin e inicio de año, nuestros corazones se llenan de esperanza y júbilo. El nuevo año significa: un recomenzar, una oportunidad más, un libro en blanco para escribir nuevas experiencias en él.
Al iniciar un nuevo año, generalmente, nos llenamos de alegría e ilusiones. Nos planteamos nuevos propósitos o retomamos aquellos en los que no pudimos progresar el año anterior, pensando que, esta vez, sí le echaremos ganas. ¡Va de nuez!, decimos.
Sin embargo, pocas veces reflexionamos acerca de los motivos que nos impidieron cumplir nuestros propósitos o los obstáculos que no pudimos superar. Evitamos ir más a fondo y descubrir que hay detrás: tendencia a procrastinar, autosabotaje, miedos, creencias, etc. En otras palabras, evadimos hacer una introspección para desarrollar y reforzar nuestro autoconocimiento.
Pues bien, esos ultimos días del año son el momento perfecto para reflexionar sobre lo que hicimos durante 365 días; como cuando revisamos nuestro día al momento de ir a dormir: como un examen de conciencia.
Podemos hacernos preguntas como: ¿En que invertí mi tiempo en el 2023? ¿Logré mis propósitos o los abandoné en el camino? ¿Perdí los kilos que me prometí? ¿Continué con mi rutina de ejercicios? ¿Atendí mis enfermedades? ¿Visité al dentista? ¿Avancé en los estudios de mi carrera profesional? ¿Conseguí el empleo de mis sueños? ¿Inicié el proyecto que tanto he planeado? ¿Le hice mejoras a mi casa? ¿Cambié ese hábito que me ha acarreado tantos problemas? ¿Mejoré esa actitud que me ha generado un sin fin de conflictos con mi familia, amigos o en el trabajo? ¿Dejé esa relación tormentosa en la que no soy feliz? ¿Mejoré mi relación con Dios, el universo o la energía divina? ¿Mejoré mi relación conmigo mismo? ¿Hice la reparación de algún daño que provoqué a otra persona?... y más.
Si no completé mis propósitos en un 100%, ¿avancé un poco? ¿en qué porcentaje?
Pensar, analizar y evaluar mi avance me da claridad sobre lo que, de verdad, deseo para mí. También me ayuda a tener una visión más clara de la persona en quien me quiero convertir.
Hoy, que inicia el año 2024, tenemos vida y, por lo tanto, una nueva oportunidad para hacer cambios positivos que puedan conducirnos a un mayor éxito personal.
Deseo que este año traiga consigo un cúmulo de bendiciones para ti, mi querido lector. ¡¡Salud, dinero y mucho amor en este 2024 !!
¡Sueña sin miedo, sueña en grande!